Jonathan y Yuvisán

Erase una vez… Jonathan y Yuvisán

Cuando miro estas fotos de la Post boda me llegan muchos recuerdos, atrás queda casi un año de preparativos plagados de ilusión en los que se ha ido cuidando cada detalle.

La primera vez que vi a Yuvisán entró en la oficina con su prima Elizabeth, o quizás sea más acertado decir su hermana, ya que les une una relación muy especial. Fue unas horas en las que fluyeron ideas, en las que me cuenta como se imagina su boda y, una vez más, me llevo todo estos sueños para darle forma y crear el día perfecto para esta pareja. Comienza así… un nuevo cuento.

Son las siete de la mañana y el cielo está totalmente despejado. Para muchos sólo es un día más pero, para Jonathan y Yuvisán, este seis de Octubre va a ser un día inolvidable… el día de su boda.

El equipo de estilistas se pone manos a la obra y el resultado… un recogido ideal y un maquillaje perfecto. Cuando se pone el vestido comienza la magia, mezcla de nervios, alegría, nostalgia…

Jonathan también se prepara, se le ve nervioso pero sabe que todo saldrá perfecto.

Llegan a la ceremonia en unos maravillosos coches antiguos, teníamos varias opciones para elegir, pero Yuvisán lo tenía claro “quiero el rojo”, atrevido y original, todo un acierto.

Los colores elegidos para la boda, naranja y blanco con un toque chocolate, eran ideales, le daban frescor a una boda como ésta, al aire libre.

Se cumple sus sueños “ya están casado”

Mientras los invitados disfrutan del cóctel los recién casados aprovechan para sacarse unas fotos, están guapísimos, ¿o no?

Se decidió que la temática de las mesas fueran nombres de lugares de nuestra isla, ya que su historia de amor la habían vivido aquí. Para darle un guiño canario a la decoración colocamos en la base de los arreglos de las mesas una pequeña hoja de palmera canaria y los detalles para los invitados, unas miniaturas de productos de nuestra tierra. No podía faltar, teniendo esta temática, una de nuestra mejores rondallas que animaron a los invitados en cuanto entraron.

Y ahora toca disfrutar de la fiesta con las personas importantes para ellos. El corte de tarta, el romántico baile…

Durante la celebración hay muchos momentos especiales pero quizás me quede con dos de ellos. Uno por su simpatía, el regalo a los novios de unas zapatillas personalizadas para su luna de miel, ¡son geniales! y el otro, porque se que para ellas será un recuerdo que las acompañará toda la vida, Yuvisán finge que va a tirar el ramo y, como podéis ver, se lo entrega a su prima Elizabeth, ¿será un presagio?, quizás dentro de un tiempo pueda escribir ese cuento.

Nuestro dibujante caricaturista, Naife, entró con su caballete dispuesto a dejar su pincelada de humor, los invitados hacían cola, querían llevarse ese recuerdo, su trabajo es maravilloso.

Los peques se lo pasaron en grande en el Castillo hinchable.

En esta ocasión el photocall fue un regalo de un pequeño grupo de familiares y amigos, quedó genial y como siempre nos deja las fotos mas divertidas.

Entre todos hicieron que este día fuera inolvidable para ellos, que este recuerdo esté siempre presente en sus vidas y espero que yo forme una pequeñita parte de esos recuerdos.

En las pocas ocasiones que estuve con los dos juntos hubo algo que me llamó la atención, la mirada entre ambos, es como si no necesitasen hablar, les basta con mirarse y, ese es mi deseo para ellos, que nunca pierdan esa mirada de complicidad.

¿Qué mejor manera de terminar un nuevo cuento?… O quizás sólo comience.